Monterrey, N.L., 1 de septiembre de 2025. – Como cada año, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lleva a cabo en Monterrey la Semana de Formación Permanente de Obispos, un espacio de encuentro, oración y actualización pastoral
que busca fortalecer integralmente el ministerio episcopal. La edición 2025 se realiza del 1 al 5 de septiembre en la Casa del Refugio, bajo el lema: “Servidores con esperanza: discernimiento, cuidado y comunión en el ejercicio episcopal”.
Este encuentro, que reúne a obispos de todo el país, se enmarca dentro del objetivo general del trienio 2024-2027, el cual llama a caminar como Iglesia profética y sinodal, siguiendo a Jesucristo e impulsados por el Espíritu Santo, bajo la mirada de Santa María de Guadalupe, para construir una cultura de paz, justicia y reconciliación en el horizonte de los próximos jubileos de 2031-2033.
Formación integral y respuesta a los desafíos actuales
La formación episcopal de este año se centra en abordar las dimensiones espirituales, humanas, psicológicas, académicas y canónicas de la vida del obispo. La intención es brindar herramientas que permitan responder a los desafíos actuales de la Iglesia en México con esperanza, sabiduría pastoral y apertura al discernimiento de los signos de los tiempos.
Entre los objetivos específicos destacan: profundizar en la vivencia espiritual del obispo como servidor de la esperanza, promover el cuidado integral de su persona —especialmente la salud mental y emocional—, y ofrecer una reflexión crítica sobre los alcances y riesgos de la inteligencia artificial en la vida eclesial y evangelizadora.
Asimismo, se busca fortalecer la capacidad de los obispos para dialogar con las nuevas generaciones y contextos culturales, promoviendo una auténtica cultura vocacional. Finalmente, se incluyen espacios de clarificación sobre el derecho canónico y los procedimientos pastorales en situaciones de acompañamiento a sacerdotes.
Un espacio de comunión episcopal
La Semana de Formación Permanente es considerada por la CEM como una oportunidad para renovar la misión episcopal desde la fraternidad y la comunión. A través de la oración, el diálogo y la reflexión, los obispos se preparan para seguir acompañando al pueblo de Dios en medio de los retos sociales, culturales y espirituales que enfrenta México. Con esta iniciativa, el Episcopado reafirma su compromiso de caminar unido como pastores al servicio de una Iglesia que anuncia el Evangelio con esperanza y discernimiento.