Por: Guadalupe Esquivias

Hace un buen tiempo dejé de escribir palabras mías, lo que no implica dejar de comunicar, ahora transmito lo que cuentan otros. El oficio periodístico me ha llevado por caminos recónditos, hasta lugares insospechados de los que tal vez poco se conozcan y de los cuáles he aprendido solo una cosa: La mano de Dios siempre está haciéndose presente en circunstancias humanas tan complejas como la guerra y la persecución religiosa.

Y no es que tomé aviones para viajar, no eso no es. He conocido esos lugares lejanos, pero muy cercanos en el corazón de Dios, por medio de otros compañeros periodistas o religiosos que se encuentran haciendo su misión de acompañar aquel que se encuentra en dificultad y luego me toca replicar sus narraciones e informaciones, hoy me toca transmitir lo que el ser humano puede hacer por naturaleza: ayudar, dar la vida por el otro, consolar, apapachar al que sufre que busca consuelo a su dolor, que busca hacer resonar su grito muchas veces mudo, pero urgente de ser escuchado por el mundo, por ti, por mí, por todos.

Todo lo anterior lo hago a través de mi fiel computadora, que se enciende y se apaga cada día con la misma  emoción que yo al dormir y despertar, porque regresando el sol habrá una historia nueva para dar a conocer a los consumidores de redes sociales o medios impresos, que entre el caos mundial y el océano de información escogen los medios católicos para informarse de los acontecimientos que dan cuenta de la grandeza del ser humano y de aquel que demuestra no ser indiferente a los dolores de los que medio mueren, pero su fe y esperanza en Dios  no los deja desfallecer.

Agradezco la oportunidad que me otorgan para escribir mis propias palabras en este espacio. Mi fin siempre será animar a todos los que tenemos la tarea de comunicar bendiciones desde nuestro lugar. En la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, centrada en el tema para  “Hablar con el corazón”, el Papa nos recordó que ante el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil y  nos hizo un  llamado a ti y a mí para estar dispuestos tener una actitud apacible, humana y la disposición a dialogar pacientemente con todos para  dar testimonio, a través de nuestro oficio, del amor misericordioso de Dios. Esperen mis historias.

Más sobre el autor: Periodista con trayectoria en la fuente religiosa y altruista desde los años 90s. Sus inicios en la fuente religiosa inician en el periódico Somos Hermanos, encartado en esos años en el periódico Reforma y cuya línea editorial era difundir la labor altruista de cientos de instituciones dedicadas a la atención de los sectores más vulnerables en México. Luego fue editora de la sección nacional del periódico Reforma y se especializó en trabajo con instituciones de asistencia privada como jefe de información y contenido en la agencia de comunicación Anunciación IAP. Fue editora de la revista impresa Vida Nueva en México y de la Revista Il MIO PAPA. Actualmente se desempeña como coordinadora  de comunicación de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y hace su apostolado como coordinadora de opinión del semanario Desde la Fe de la Arquidiócesis de México.