Sembradores de Palabras, Peregrinos de Esperanza

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Inspirado en el mensaje del Papa Francisco para la LIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Cristo camina entre cables, hashtags y titulares.
No tiene cuenta verificada, pero su palabra sigue generando eco.
No viraliza discursos, pero transforma corazones.
Y hoy, con voz de pastor lúcido en medio de los algoritmos, nos recuerda que comunicar es más que informar:
es mirar al otro… y no olvidar su rostro.

Desarmar la palabra para abrir el corazón

Vivimos en una ciudad donde la palabra se ha vuelto arma.
Una nota puede destrozar más que un puño.
Un tuit puede incendiar más que una bomba molotov.
Y entre tanto ruido, el Papa propone algo radical: hablar con mansedumbre.

No para callar verdades, sino para sembrarlas en tierra fértil.
No para suavizar el Evangelio, sino para no golpearlo con violencia.

Francisco no pide comunicadores tibios. Pide comunicadores humanos, que sepan decir sin humillar, confrontar sin dividir, narrar sin manipular.
Porque cuando la palabra se usa para denigrar, ya no comunica: destruye.

Comunicación con rostro: entre trincheras y esperanza

El Papa no escribe desde una torre de marfil.
Escribe sabiendo que hay madres orando por sus hijos desaparecidos en guerras que no entendieron,
padres cruzando fronteras con la esperanza al hombro,
niños jugando entre escombros con una risa que desarma al odio.
Y nos pide contar esas historias.

Porque la esperanza no se impone: se contagia.
Y se contagia cuando dejamos de hablar sobre la gente…, y empezamos a hablar con ella.

Tres pistas en clave de San Pedro

  1. “Glorifiquen en sus corazones a Cristo”
    No se comunica desde el ego, sino desde el encuentro.
    El corazón, no el algoritmo, es el primer editor.
  2. 📣 “Den razón de la esperanza que hay en ustedes”
    La fe no se grita, se vive.
    Y cuando alguien pregunta “¿por qué viven así?”, empieza la verdadera comunicación.
  3. 🤝 “Con delicadeza y respeto”
    Porque comunicar es acompañar, no impresionar.
    Como en Emaús, el verdadero comunicador escucha antes de hablar…
    y habla para encender corazones, no para ganar likes.

Comunicación que no vende humo, sino siembra vida

Francisco soñó con una comunicación que no venda miedo ni ilusiones, sino que dé razones para esperar.
Una comunicación que no infantilice al público, ni lo use, ni lo canse.
Una que, como Martin Luther King dijo, “alegre a alguien con una palabra… y no viva en vano”.

En un mundo donde todo se monetiza, él nos recordó que las palabras no son mercancía, sino semillas.
Y cada palabra sembrada con amor puede ser una flor entre ruinas.

No olvidar el corazón

Entre tantas conquistas técnicas, el mayor avance sigue siendo mirar al otro y no olvidarse de su nombre.
Ser comunicadores no hostiles.
Sembradores de diálogo.
Constructores de puentes.
Y peregrinos de esperanza.

 Final: narrar el Reino, aún entre escombros

Hoy, más que nunca, el mundo necesita voces que cuenten lo que sí vale la pena.
Que narren el bien, sin ingenuidad.
Que no escondan la cruz, pero tampoco la dejen sola.

El Papa nos lo pide con ternura y con urgencia:

“Sean comunicadores capaces de hacernos sentir menos solos.
De escribir juntos la historia de nuestro futuro.”

Porque al final, comunicar no es solo contar lo que pasa.
Es dar testimonio de lo que vale la pena que pase.

Desde Cristo en la Ciudad, seguimos apostando por una comunicación con alma, con rostro y con Evangelio.

💬 Y tú, ¿qué historia estás sembrando hoy?

Habilidades

Publicado el

mayo 16, 2025