El creador de la World Wide Web reflexiona sobre el sentido original de su invento y advierte: “La libertad digital se pierde cuando los datos se convierten en mercancía.”

Redacción  CEPCOM

“La web solo funcionará si funciona para todos.” Con esa convicción, Sir Tim Berners-Lee, creador de la World Wide Web, recordó las razones por las que decidió liberar su invento hace más de tres décadas y alertó sobre los riesgos actuales de una red dominada por intereses comerciales y el uso indebido de los datos personales.

En un artículo publicado por The Guardian, Berners-Lee narra cómo en 1993 logró convencer al CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) de liberar la propiedad intelectual del sistema que transformaría el mundo. “Dimos la web a todos”, escribió, subrayando que el conocimiento debía ser un bien compartido y no una herramienta de explotación.

Una red para la creatividad y la colaboración

El científico británico tenía 34 años cuando unió dos tecnologías existentes: el internet y el hipertexto. Su sueño era facilitar el acceso universal a la información, promoviendo la colaboración entre investigadores, ciudadanos y comunidades.

“Creí que dar a los usuarios una manera sencilla de navegar por la red liberaría la creatividad y la cooperación a escala global”, explicó.

“De ser usuarios pasamos a ser el producto”

Berners-Lee lamenta que, con el paso de los años, la web haya sido colonizada por grandes corporaciones que monetizan los datos personales de los usuarios.

“Ya no somos los clientes, sino el producto”, denuncia, señalando que esta práctica ha derivado en problemas como la adicción digital, la desinformación y la afectación psicológica de los jóvenes.

“Intercambiar datos personales por acceso no encaja con mi visión de una web libre”, enfatiza.

Recuperar el control: el proyecto Solid

Como alternativa, el creador de la web impulsa Solid, un proyecto de código abierto desarrollado en el MIT que devuelve a los usuarios el control sobre su información.

“Tus datos —tus acciones, tus elecciones, tu cuerpo, tus preferencias— te pertenecen. Deberías ser empoderado por ellos”, sostiene Berners-Lee.

El sistema permite que cada persona guarde sus datos en un solo espacio seguro y decida cuándo y con quién compartirlos, garantizando una verdadera soberanía digital.

Inteligencia Artificial: una nueva encrucijada ética

Berners-Lee advierte que la humanidad enfrenta un nuevo desafío: la gobernanza de la inteligencia artificial (IA).

“La lección de las redes sociales es que el poder terminó concentrado en manos de unos pocos monopolios. No podemos permitir que lo mismo ocurra con la IA”, afirma.

Propone crear un organismo internacional sin fines de lucro, semejante al CERN, que impulse la investigación y regulación ética de la inteligencia artificial con un enfoque de bien común.

“Aún es posible recuperar la web”

En su reflexión final, Berners-Lee hace un llamado a reconstruir el espíritu original de la web: un espacio para la creatividad, la colaboración y la compasión.

“La regulación global es posible, pero depende de la voluntad política. Si la logramos, podremos devolver el poder a las personas y recuperar la web como un bien compartido. No es demasiado tarde”, concluye.

Reflexión

El testimonio de Tim Berners-Lee recuerda que la comunicación es un acto de servicio. En tiempos donde los datos se convierten en mercancía y los algoritmos moldean percepciones, su visión original invita a usar la tecnología con ética, libertad y responsabilidad, al servicio del ser humano y del bien común.

 

Fuente: The Guardian, artículo “Why I gave the world wide web away for free”, por Tim Berners-Lee, publicado el 28 de septiembre de 2025. https://www.theguardian.com/technology/2025/sep/28/why-i-gave-the-world-wide-web-away-for-free